Hoy es el Día Internacional del Rock, y hace 3 días fue el Día Mundial de los Beatles. ¿Qué mejor que conmemorar el día hablando de los reyes del Rock British? Profundizamos con una canción que fue escrita en el Mediterráneo pero cosechada en aguas inglesas.
Romper con el estrés, celebrar la vida
Los Beatles son el grupo de rock más popular y de éxito comercial, reconocido por innovar dentro de la industria musical en los años 60, junto con Queen. En Gran Bretaña no sé qué se respira pero el aire huele a autenticidad, la creatividad florece por todas las esquinas. Y entre las callejuelas de Penny Lane y las burbujas de Yellow Submarine, aparecen Los Beatles como banda de rock transgresora, capaz de propagar ideales progresistas mundialmente. El grupo se convirtió en símbolo de un salto generacional entre la herencia que las dos Guerras Mundiales habían dejado y los estragos sociales, frente a una juventud ansiosa por abrazar el cambio, celebrar la vida y promover la esperanza.
Strawberry Fields Forever
El grupo británico, tras noches y noches tocando en The Cavern, llegó a tocar un rango muy variado de canciones, entre indie, folk, rock y hardcore psicodélico. Tal era la capacidad del cuarteto, que los llevó al número uno en audiencia y ventas en Billboard y las radios nacionales, provocando un fenómeno tan extraño como la beatlemanía. Entre todas las historias que envuelven en halo de misterio cada una de las letras, hoy nos centramos en Strawberry Fields Forever.
Fresas, infancia y verano
La historia detrás de este sencillo, que los llevó al éxito en 1967, nos transporta al campo de fresas del orfanato del Ejército de Salvación, ubicado en Liverpool, cerca de la casa donde vivió John Lennon. De niño, Lennon solía jugar en el parque del orfanato con sus amigos, puesto que cada verano el centro organizaba fiestas y gincanas para los pequeños. Lennon no se perdía ni una y tenía grandes amigos allí, puesto que en parte, se sentía identificado -su madre había cedido la custodia a su hermana-. El artista, más de diez años después, en una visita a Almería, recuperó aquellos bonitos recuerdos de infancia, fresas, canciones y juegos, y se pasó más de seis semanas sin dejar de escribir, componiendo la que sería la base de la canción que conocemos hoy día: Strawberry Fields Forever
Nebulosas y sueños mezclados
“Living is easy with eyes closed
Misunderstanding all you see
It’s getting hard to be someone
But it all works out
It doesn’t matter much to me”
Las pepitas, el sabor ácido-dulce y el intenso color de las fresas, nos llevan al helado de fresa, los chicles de fresa, la macedonia de la casa de campo o el tupper para la playa repleto de fresas. En resumen, hacernos como niños. Esa sensación de vuelta a la inocencia característica de los años de infancia es la que Lennon describe en sus acordes. La felicidad del ensueño, el peso liviano de la vida cuando no se espera nada, todo funciona y nada nos importa demasiado.
A Jordi Sierra i Fabra también le gustan las fresas
En medio de esta emoción, Lennon inspiró a otros artistas, como al escritor Jordi Sierra i Fabra, a escribir la novela juvenil Strawberry Fields Forever, una interesante historia de educación y adolescencia, de inocencia y presunción, llevada al límite. Una exploración a los límites del campo de fresas.
Oasis de descanso
Cuando se trata de arte, unos beben de otros, como siempre ha sido. Y como cada verano, las fresas conforman el espejismo: un oasis de música, libros y descanso con Grupo Todoplano.
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