¿Estás ya temiendo la llegada de la primavera porque con ella vienen la dificultad para respirar, los picores y los ojos llorosos? Las personas con alergias respiratorias se enfrentan a los meses más difíciles del año. Sin embargo, existen trucos y opciones para ayudar a que nuestra calidad de vida mejore considerablemente durante estos meses.
Muchos de estos ya forman parte de las rutinas de la mayoría de personas afectadas por las alergias. Costumbres tales como el uso del aire acondicionado en vez abrir con más frecuencia las ventanas para ventilar, la retirada o sustitución de alfombras de pelo largo por otras de materiales como la madera o fibras de pelaje más corto o una mayor frecuencia de limpieza durante la que es altamente recomendable pasar la aspiradora.
En cuanto a la hora de dormir, es importante adoptar costumbres para no tener que temerle a los ácaros durante nuestro tiempo de descanso. Entre ellas se encuentra una mayor frecuencia de lavado de nuestra ropa de cama (incluidas, y haciendo mucho hincapié, en las fundas de almohada) a 60º C, evitar el desorden en el que puedan acumularse partículas de polvo o usar deshumidificadores o filtros HEPA.
La reina de nuestro dormitorio siempre será la cama, y por ello hay que aportar los cuidados que toda reina se merece para que nos devuelva el favor en forma del tan preciado bienestar. Existen diversas terminologías y opciones a tener en cuenta a la hora de elegir el colchón perfecto para refugiarte de las dificultades respiratorias.
Diferencia entre analérgico e hipoalergénico
Estos son dos términos que, en este caso, hacen referencia a los tejidos con los que se confeccionan los productos. Mucha gente desconoce la significativa diferencia que existe entre ellas y pueden ser significativas para alguien con alergia a la hora de tomar la decisión de comprar un producto o componente textil.
Hipoalergénico es un término que solemos encontrar con más frecuencia en el mercado. Hace referencia a un tipo de tejido que, ya sea por composición o por haber sido sometido a un tratamiento, que evita la acumulación del alérgeno sobre su superficie, reduciendo la probabilidad de que este entre en contacto con nuestro cuerpo.
En cambio, el concepto analérgico es la característica de un tejido que define que este no causa alergia. Una neutralidad que muchos usuarios agradecen ya sea por que sufren alergias respiratorias e incluso atópicas.
No te limites al colchón
Por supuesto, el colchón es el nexo de unión entre todos los elementos de nuestro centro de descanso. Pero es importante tener en cuenta que la ropa de cama, nuestro edredón nórdico y su funda o la funda de nuestra almohada van a ser aquellos componentes que más directamente en contacto con nuestro cuerpo van a estar. Por tanto es importante elegir sabiamente con que queremos protegernos y proteger nuestra cama. Nuestro querido pack Kering de B.Sensible®, compuesto de sábana bajera + funda almohada protectoras es el componente ideal para hacernos la vida más fácil de cara a las alergias primaverales gracias a su impermeabilidad, que impedirá la adherencia de los ácaros a tu colchón.
¿Qué tipo de colchón elegir?
Es importante tener en cuenta que la tecnología del núcleo de nuestro colchón puede definir el grado en que nos protegerá frente a los alérgenos. Sin embargo, este terminará dependiendo siempre de los acolchados que recubran dicho núcleo y sus características y componentes.
Por ejemplo, la tecnología de muelles ensacados es propensa a contar con un grado de protección más bajo ya que permite una mayor circulación del aire. Sin embargo, modelos como el Linus Pocket de Astral®, crean una barrera protectora antiácaros alrededor del núcleo gracias a sus capas de acolchado en fibras naturales como el algodón.
En un grado medio encontraríamos la viscoelástica, ya que su densidad impide la circulación de los ácaros. Modelos como el Z-200 de Zynia® cuentan con un recubrimiento de fibra hipoalergénica en sus acolchados.
En el olimpo de los materiales que nos protegen de las alergias se encuentra el látex, de confección 100% natural. Este es analérgico, fungicida, antibacteriano y anti-olores por su propia composición original. Si el colchón que elegimos cuenta con fibra hipoalergénica en sus acolchados estaremos ante el colchón más óptimo en cuanto a protección. Este es el caso del Nakar látex de Dimaflex®, cuyo recubrimiento de los acolchados en fibra de algodón ejercen una doble acción frente a los ácaros y alergias de distintas tipologías.
Muchos creen que este es un material propenso a ser transmisor de alergias de la piel. Sin embargo, la cocción de las savias gomosas de diversos materiales, entre los que prima el caucho, que se utiliza en la confección de productos de descanso es distintiva y diferente a la que se utiliza para la confección de productos como las tetinas de biberón para nuestros peques o los guantes que utilizamos para hacer la limpieza doméstica.
Tratamientos de fibras
Existen, además, diferentes tipos de tratamientos que mejoran el grado de hipoalergénia de los tejidos de nuestro equipo de descanso. Entre los más destacados se encuentra el tratamiento Sanitized®, una tecnología protege de forma prolongada colchones, almohadas, mantas y sábanas y que puedes encontrar en productos como el colchón Zinc Antibacterial de Korflex® con el que se ha conseguido incluso ayudar a los usuarios a estar más protegidos del coronavirus. Otros como el tratamiento Acarsan Natural®, que podemos encontrar en numerosos productos de Velfont® contienen extractos vegetales, concretamente de Margosa y Geraniol. También podemos encontrar en una numerosa gama de productos el certificado Oeko-Tex® Standard 100 que garantiza la superación de un control de calidad en busca de sustancias nocivas en la fabricación de componentes textiles.
En Grupo Todoplano cuidamos de tu bienestar y de tu salud para que tu única preocupación sea no tener que preocuparte de nada.
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