Fichado por Eduard Punset, Pere Estupinyà (licenciado en química y bioquímica por la Universitat Rovira i Virgili) debutó en televisión como editor en el programa ‘Redes’ de TVE. Pese a estar implicado en proyectos de diversa temática y alejarse drásticamente de las cámaras al irse a EEUU, actualmente dirige y presenta El cazador de cerebros, el nuevo programa de divulgación científica de TVE.
Como escritor, es autor de varios libros de divulgación como El ladrón de cerebros, Rascar donde no pica (2012), S=EX², la ciencia del sexo (2013) y Comer cerezas con los ojos cerrados (2016). Desde Grupo Todoplano, hemos tenido el placer de hablar con él para que nos transmita y contagie su pasión por la ciencia y el conocimiento.
¿Por qué decidiste abandonar tu doctorado en genética y dedicarte a la divulgación del conocimiento científico?
La ciencia de laboratorio es lenta, yo no tenía paciencia, y además estaba en un proyecto que se veía no iba a dar buenos resultados. Por otro lado, era lector de divulgación científica, gran fan del ‘Redes’ de Eduard Punset, y decidí probar en la divulgación. Primero de manera amateur no remunerada, y cuando surgió una oportunidad, di el salto a lo profesional.
¿Qué es lo que más destacarías de tu experiencia en el programa Knight Science Journalism Fellowship del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts)?
El sentirme de verdad en la frontera de la ciencia; en el sitio donde estaban discutiendo lo que sería noticia en los siguientes años y, por ser un knight fellow, tener la oportunidad de visitar a los principales investigadores del MIT y Harvard. Era como si tuviera acceso a una información privilegiada que no estaba todavía publicada ni en Internet. Cada día tenía varios inputs; me dedicaba sólo a aprender y creo que lo exprimí al máximo. Fue el año intelectualmente más enriquecedor de mi vida, y tengo la sensación de que, en cuanto a conocimiento, valió por 10. Lo repetiría ahora mismo sin pensar.
¿Crees que es importante, en el ámbito científico, contar historias de forma que puedan llegar a todo el mundo? ¿Por qué?
Los científicos deben comunicarse entre sí, para avanzar en conjunto, y con quienes van a aplicar directamente su ciencia (médicos, empresarios de diferentes sectores, técnicos que preparen la legislación…). Además, el público general puede beneficiarse de saber un poco más de ciencia, pero si no se divulga de manera que la información llegue, se entienda y convenza, no sirve de nada.
En tu nuevo libro aparecen gran cantidad de menciones al trabajo científico realizado por mujeres, ¿por qué decidiste darle este enfoque?
Yo asumo como responsabilidad el hacer además del hablar. Desde hace tiempo se sabe que la mujer ha estado invisibilizada en la ciencia. Además de decirlo, yo he sido proactivo en intentar cambiarlo. En los últimos 4 o 5 años se está hablando mucho de esto, pero yo ya empecé a asumir esta función bastante antes.
En una entrevista en la publicación digital Hipertextual, afirmas lo siguiente: «Si tengo más o menos éxito, no me preocupa tanto. Para mí es algo más interior, tienes que estar satisfecho con lo que haces«. ¿Crees que este pensamiento es la clave para conseguir el éxito?
El éxito es subjetivo. Cada uno sabe cual es su objetivo. Obviamente tenemos varios, pero para mí es muy importante sentirme satisfecho con mi trabajo. Mira; es como un pintor que presente unas obras y el galerista le dice: «Si tuviera colores más vivos vendería más». Habrá pintores – más comerciales – que digan: “Ah, pues los preparo con colores más vivos” y otros – más fieles a su estilo – que respondan: “Es que yo los siento así, y me gustan así. Es mi obra”. Yo, con lo que se paga ahora en divulgación, soy de los segundos. Si llegara una superproducción, ya lo veríamos…
Para crear el personaje de El ladrón de cerebros, ¿te inspiraste solamente en tu experiencia en el MIT o está impregnado de muchas más experiencias de tu vida?
Básicamente en mi etapa en el MIT, en los Institutos Nacionales de Salud de EEUU (NIH), en algunos viajes científicos que hice, y en los años que trabajé en ‘Redes’.
A la hora de consumir cultura, ¿a través de qué canales lo haces? ¿Nos puedes dar algunos referentes? (Revistas, Instagram, libros, etc.).
Redes sociales seguro que no. Utilizo revistas, libros y actos presenciales. Me encanta ir a escuchar gente en una conferencia, porque de allí no te puedes escapar, y en el momento aparecen reflexiones. E internet, claro. La Wikipedia en inglés es una maravilla.
¿Cómo experto en ciencia, consideras que es importante el buen descanso? ¿Qué debemos saber sobre el cerebro y su relación con el descanso?
Hay infinidad de estudios que correlacionan el sueño con mejor bienestar físico y rendimiento cerebral. Algunos de estos estudios muestran los mecanismos por los que esto ocurre. Ahora no los tengo presentes, pero sí sé que cuando busqué información sólida para una pieza en profundidad, los resultados eran muy concluyentes.
¿Algún sueño por cumplir? ¿Qué planes de futuro tienes?
Me encuentro en un momento singular. Yo empecé en ‘Redes’, estuve 4 años, y hacia la última etapa apareció el sueño de presentar y dirigir yo un programa de divulgación científica. Pero era muy joven y no me conocía nadie, así que ese sueño se esfumó. Me fui a los Estados Unidos, estuve en el MIT, escribí 3 libros, publiqué en muchos medios, viajé por muchos países… De repente vi la opción de presentar un proyecto a TVE con una productora (Minifilms TV), lo hice, lo aceptaron, y se cumplió un sueño. Ahora tengo varios planes muy estimulantes a corto y medio plazo, pero siento que no tengo un gran sueño en mente. Me tocará buscarlo, porque eso es lo que te da motivación.
Uno de los capítulos de tu libro Comer cerezas con los ojos cerrados se titula “La inteligencia no es una capacidad, es una actitud”. Siempre hemos oído lo contrario. ¿Podrías darnos tu opinión sobre esta reflexión?
Estoy convencidísimo de esta frase. Cada cerebro tiene un conocimiento acumulado y una capacidad más o menos alta de correlacionar información, pero la inteligencia está en cómo utilizas este cerebro. Si eres dogmático, por ejemplo, tu pensamiento será menos inteligente. Y si eres curioso, más. El método de pensamiento, la actitud, es más importante que la capacidad. Es como en el boxeo: la técnica es más importante que el músculo.
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Pere Estupinyà, divulgador científico sobre neurología, experto en el impacto del descanso en el cerebro.