El dormitorio es el espacio más privado e íntimo de nuestro hogar. Es donde descansamos, pensamos y somos nosotros mismos. Es por eso que siempre queremos lo superior: el mejor cabecero, la mejor cama, la mejor almohada…
En este artículo, te ayudaremos a elegir el cabecero ideal para tu habitación. Esta puede parecer una tarea fácil, pero debemos tener en cuenta muchas características, antes de comprar un cabecero. Debido a su localización, este se lleva toda nuestra atención cuando entramos en un dormitorio ajeno, ya que marca mucho la estética de la estancia.
El equipo de asesores en descanso de Grupo Todoplano te traen 4 tips para que consigas que tu cabecero sea el mejor para tu habitación.
A mejor cabecero, mejor habitación
Al contrario de la creencia popular, incorporar un cabecero en nuestro dormitorio va más allá de añadir un elemento decorativo nuevo. Ubicado en la cabeza de la cama, como su propio nombre indica, el cabecero es clave para la amortiguación de golpes varios. Puede evitar que golpees tu cabeza, actuar como membrana protectora frente al frío o que tu cama roce la pared.
Como característica genérica, el cabecero debe medir (mínimo) 10 centímetros más que el colchón. Debe sobresalir por ambos lados de la cama, y no quedar justo. Su altura la definirá el tipo de instalación que necesite: más largo si se trata de un cabecero apoyado en el suelo, o más corto si, al contrario, va colgado en la pared.
Se trata de un elemento versátil, ya que existe una gama muy amplia de materiales y estilos. Esta variedad facilitará sin duda la elección del mejor cabecero para la estética de tu habitación, porque probablemente exista el cabecero que tengas en mente.
Los 4 tips para elegir el mejor cabecero
Nuestros asesores en descanso de Grupo Todoplano te proponen 4 tips a la hora de elegir un cabecero. A continuación, te explicaremos qué aporta cada recomendación al producto final y cual escoger según tus necesidades y preferencias.
1. Según el material
Como siempre se dice, lo primero es lo primero. Antes de encontrar el mejor cabecero, incluso antes de ponerte a buscar, te sugerimos que decidas qué tipo de material quieres para él, no solo por el material en sí, sino también por lo que puede o no aportar estéticamente.
– De madera: Estos son los cabeceros ideales para acompañar el ambiente natural y fresco de tu cuarto. Combinándolo con fibras naturales, algodón o lino, aportan armonía y equilibrio al dormitorio, convirtiéndolo en un espacio muy conectado con la naturaleza.
– De forja: Tradicional y clásico, este tipo de cabecero es el mejor si buscas dotar a tu dormitorio de un estilo vintage. El cabecero de forja es probablemente el que más hayas visto durante tu infancia, en casa de tus abuelos o en tu habitación infantil, porque es innegablemente folclórico, con algunos trazos de romanticismo e historia.
– Tapizados: La opción más común actualmente. Aportan calidez a la estancia y gracias a su variedad de colores, puedes añadir un toque de color al dormitorio. Su versatilidad de formas y estilos, podrán dotar a este cabecero de unas propiedades u otras: más clásico, más moderno o más sobrio. Además, al ser acolchados, son perfectos si lees en la cama.
El cabecero Sonpura pestaña, de la marca Sonpura, añadirá modernidad y elegancia a tu dormitorio. Disponible en dos colores, este cabecero de diseño minimalista es una opción ideal para todo tipo de habitaciones, ya que se adapta al estilo que impere. Por otro lado, y con una estética totalmente diferente, el cabecero Gersan Capitoné incorporará un estilo más fino y clásico a tu dormitorio. Cada uno de los 6 colores disponibles vestirán la estancia con un estilo u otro, y la dotarán de una personalidad propia.
2. Según color
El cabecero es de lo primero que se ve al entrar al dormitorio. Sus dimensiones, su estilo y su ubicación lo convierten en un mueble de referencia para la estancia y su estética. Así que es primordial que lo elijas en un color que te guste, que encaje con el resto del mobiliario y que no termine cansando con el tiempo.
– Colores claros: Si se trata de una habitación de dimensiones reducidas, colores blancos, crudos, arenosos o cenizos serán una estupenda adición (siempre que vaya acorde con el resto del mobiliario). Decantarnos por tonalidades claras ayudará a que nuestro dormitorio no se vea excesivamente sobrecargado y tenga una estética sobria.
– Colores oscuros: Si al contrario, la habitación es espaciosa, los tonos oscuros serán una apuesta segura. Añadirán profundidad y contraste, dando a tu habitación un toque más moderno y rompedor. Puede acompañar al mobiliario o todo lo contrario: actuar como un elemento que tenga su propia personalidad.
3. Según forma
Cuando hablamos de formas en relación a cabeceros, podemos distinguir dos grupos: rectos y curvos. Pese a eso, y como ya hemos comentado con anterioridad, su amplia versatilidad permite que existan formas más personalizadas, dependiendo de la idea que tengas en mente.
– Cabeceros de forma recta: Sobrios y confiables. Sin ningún tipo de dudas, decantarse por esta forma es una apuesta segura. Este tipo de cabecero se adapta a todo tipo de estancias y estilos. Según sus detalles o color, puede ejercer como una pieza clásica o actual, dependiendo de la estética de la habitación.
– Cabeceros de forma curva: Atrevidos y tradicionales. ¿Cómo puede ser una combinación de ambas? Fácil. Se trata de una forma muy tradicional y muy usada en los cabeceros de forja, pero, a su vez, añade mucho dinamismo a la habitación. Un cabecero de forma curva es, por sí mismo, un elemento con presencia propia.
4. Según su limpieza
Otro aspecto a tener en cuenta es el cuidado del cabecero. Es importante que sepamos de antemano qué tipo de limpieza y atención va a requerir este mueble según el material. Para tener un espacio pulido, debemos cuidar hasta el más mínimo detalle.
– Para los cabeceros de madera: Conocer su acabado será primordial para ejecutar una buena limpieza. Si el cabecero es de madera barnizada, con una mezcla a partes iguales de un poquito de alcohol y aceite, lo limpiarás, protegerás y ¡brillará! Si, al contrario, no está barnizado, un trapo humedecido en aguarrás será tu mejor aliado. ¡Pero no te pases! Los cabeceros de madera oscura constan de una fórmula magistral: aceite de oliva y vino tinto.
– Para los cabeceros tapizados: Si se trata de un cabecero de polipiel, su limpieza es muy fácil: con un trapo humedecido con jabón neutro y agua podemos conseguir un acabado perfecto y limpio. Los otros tipos de tela tienen un aseo un poquito más exigente, pero con la compañía de un aspirador y un plumero podemos conseguir un resultado ideal.
– Para los cabeceros de forja: Son un poco más demandantes, este tipo de cabeceros necesita una limpieza y atención más frecuente. Deberás empezar limpiando el polvo frecuentemente, en cada recoveco, para evitar que se acumule: te puedes ayudar de un paño húmedo para limpiar más a fondo. Con una solución de un producto antioxidante podrás eliminar manchas y óxido, pero ten cuidado con las cantidades. Es muy importante que lo seques cuando finalices la limpieza y, como guinda, puedes encerarlo.
Con estos 4 tips sugeridos por nuestros asesores en descanso de Grupo Todoplano, escoger cabecero será más fácil. Te invitamos a que vengas a nuestras tiendas para que te demos un asesoramiento personalizado y te lleves a casa el mejor cabecero para ti.
En Grupo Todoplano, te asesoramos en todas las elecciones relacionadas con tu descanso.